Cansancio
Lo cierto es que escribo con rabia, así que si leen se aguantan lo visceral que esto llegue a ser.
Lo cierto es que estoy cansado, ¿De qué? De TODO
Cansado que la cotidianeidad de mi barrio sea la de autómatas que no pretendan más que conseguir una situación lo suficientemente cómoda para dejar de cargar con 3, 4 o incluso 5 culicagados todos los días para un “colegio” al que no van a aprender ni mierda, sólo los van a insultar unos remedos de maestros que por cuestiones de Dios, Destino o azar y casualidad terminaron allí, en una escuela pública de la cual el estado nunca se va a ocupar de verdad.
Cansado de ver aquellos que van y se sientan en las bancas del parque (a contar ladrillos supongo…) que si no es a hacer nada, y ver la gente pasar, haciéndose los del sufrir, es a hacer show con su “pareja”, a mostrarle al mundo el trofeo que se han robado, o que les han hecho el favor de prestárselos un ratico.
Cansado de ver esos buses atestados de ganado humano (IAGh! Es repulsivo incluso escribirlo) con sus
caras de cansancio físico, y de su letargo mental; ver como todos se devuelven a cambiar de cubículo, o van ahora a un lugar en donde son ellos los que “mandan” (muy seguramente a golpes o gritos o ambas); ver toda esa absurda cantidad de costales de carne que apesadumbrados retornan a descansar, a cambiar un infierno por otro. Cansado de sus miradas de decepción: Los engañaron sobre la vida; el amor de sus madres les cegó la crudeza de lo que es ahora su día a día.
Cansado de ver que se parten el puto lomo intentando conseguir unos pesos ha como dé lugar; no importa cómo, pero quieren dejar a sus hijos una noche, sólo una, con el estómago lleno.
También de todas aquellas que permitieron que un imbécil viniese y les endulzase el oído para conseguir un momentico de placer… y las dejó pagando el resto de la vida la “pequeña” consecuencia; también de aquellos otros gilipollas que se siguen creyendo el cuento del sexo débil, demostrando en la calle que tienen par pelos en el pecho y que son todos unos varones, pero también de aquellas otras que se creen ahora a la inversa y quieren gobernar a punta de rencor ajeno.
Cansado de que en todos los putos pueblos es lo mismo, son las mismas personas buscando que SU casa sea mejor que la del vecino, que SU cultivo rinda más y le dé el doble de ganancia, que nadie se atreva a poner la música más alto de lo que SU ultra-componente de sonido (que le costó seguramente lo de un año de educación medianamente aceptable), que todo siga de la manera en la que menos esfuerzo deba hacer para estar mejor, o menos peor… más bien.
Cansado que en todos los putos pueblos se pueda apreciar tan evidentemente esa tradicionalidad de la que se fascinan los extranjeros: se creen visitando un zoológico gigante, se creen en un safari.
Cansado que la cotidianeidad de este país sean simples falacias que nos alejan cada ver más del despertar. Cansado que la cotidianeidad de este país de mierda sea que la noticia del día sea que encontraron un depravado peor que el de hace 8 días, o que estallaron quien sabe que matando no sé cuantos, o mejor: Que le descubrieron el chanchullo a una nueva escoria política; ¿y todo para qué? Para que en el tinto de la mañana, o en de la tarde, haya tema de conversación, como para no ponerlos a pensar en aquello que todos los días pasa, y que es la causa misma de toda la mierda que vivimos, y de lo que nadie parece dar cuenta o se niega rotundamente a admitir:
Que la naturaleza humana carece de toda bondad, y por lo mismo, no importa la forma o el medio, siempre va a hacer daño, siempre va a buscar la forma de sopesar el hastío de sí mismo y va a buscar agredir alguien o algo.
Cansado de que eso sea cierto, por encima de todo, cansado de eso, de esto que soy, de eso que sois: humanos.
Porque es el génesis del “Orden caótico” (no se confunda con el bendito Caos); porque es el factor determinante de esta lógica absurda; porque no hay generado de olores más pestilentes, de imágenes más enfermas, de sabores más repugnantes, de sensaciones más repulsivas; porque no hay peor ideólogo del mal que el hombre; porque no hay ser más hipócrita y oportunista.
Pero no, eso no es lo peor.
Lo peor es que cada una de estas letras que ahora escribo y vosotros leéis es producto de esta maldita condición. Lo peor es que todo cuanto pienso, digo, hago, veo, huelo, saboreo, palpo, escucho, es resultado de esta encadenada condición.
¿Qué queda entonces? Reírme. ¿Reír?
De todos vosotros, pues estáis igual, sino, peor; de vosotros porque es como reírme de mí mismo, devorarme:
“
– Habrás oído que en este mundo no hay sino devorar o ser devorado...
– Sí, burlarse de otros o ser burlado.
– No; cabe otro término tercero y es devorarse uno a sí mismo, burlarse de sí mismo uno. ¡Devórate! El que devora goza, pero no se harta de recordar el acabamiento de sus goces y se hace pesimista; el que es devorado sufre, y no se harta de esperar la liberación de sus penas y se hace optimista. Devórate a ti mismo, y como el placer de devorarte se confundirá y neutralizará con el dolor de ser devorado, llegarás a la perfecta ecuanimidad de espíritu, a la ataraxia; no serás sino un mero espectáculo para ti mismo.”
Divertíos con vosotros, CAPULLOS!
--LOBO--
grande lobo...
ResponderEliminarPodría ser peor.
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